Se pasa de 1 a 25 parados por cada cien personas de población activa. De continuar ese ritmo de incremento de un punto por año, en el 2000, casi un tercio de la población activa estará parada. En terminos de paro juvenil y femenino, existen unos 75.000 jóvenes y 1.600.000 mujeres que no encuentran empleo. En la Unión Europea hay 17 millones de parados y se calculan unos 35 millones en todos los países de la OCDE.
Ante esta realidad es dificil pensar en la recuperación del pleno empleo. Todos tenemos la experiencia de que la economía puede crecer sin que tenga una incidencia sustancial sobre la reducción del paro. Solo resulta sorprendente la terquedad con que se obstina el Gobierno en asegurar que el paro es un fenomeno transitorio, que desaparecerá automáticamente en cuanto el crecimiento sea adecuado.
La Renta Básica presenta problemas de concreción, tanto en los conceptos como en la forma de su implementación y su financiación. A pesar de ello, y después de una primera consideración, no parecen irresolubles.
Ahora bien, sin ser una panacea, la Renta Básica puede ser un mecanismo de reconocimiento de derechos cívicos y de redistribución de la renta, útil e idóneo para abordar muchos de los problemas que causan el paro y la pobreza.