En la tumba de Karl Marx en el cementerio de Highgate (Londres), con José Luís Churruca, Rafa Giménez y los curas vascos don Emeterio y don Eugenio
Es definitiva, el objeto de estas “lecturas” es expresar la posibilidad de continuar diseñando, divulgando, luchando por modelos de comunidad sin poder jerárquico, con propiedad comunal, con gestión horizontal en el que ambos sexos, del color que sean, estarán presentes, a la par, entre iguales, respetuosos con el entorno natural, y con valores colectivos de apoyo mutuo basados en los afectos humanos. El municipalismo comunalista del que hablaremos y defendemos más abajo, es un proceso que transcurre durante un período “en el cual se superará el modo de producción burgués con todo su orden social, es decir, el trabajo asalariado, la producción de mercancías y el Estado […] En el “modo de producción asociado”, como llama Marx al nuevo modo de producción [o comunalismo], hay una unión voluntaria y no mediada de individuos que dominan sus propios productos, así como una unión espontánea de productores con sus condiciones de producción. Como resultado, desaparecen tanto la producción de mercancías como el sistema salarial”. La propuesta es corta, pero tiene su enjundia.