Pablo Iglesias Turrión (PIT), actual secretario general de Podemos, “en el congreso organizado en Vistalegre (Madrid) el 18 de octubre del 2014, cerraba su discurso con la siguiente frase: el cielo se toma por consenso, el cielo se toma por asalto”, en clara alusión a la experiencia de la Comuna de París (1871). Tras las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo del 2014, el partido morado alcanzó 5 escaños, logrando por primera vez representación política, algo impensable por aquella época. Poco después vendrían las elecciones del 2015, en las cuales Podemos y demás grupos aliados conseguirían conjuntamente 69 escaños en el Congreso de Diputados, otro resultado impensable en un país donde el bipartidismo había sido la tónica dominante desde su primera legislatura en marzo de 1979.
Uno de sus primeros mantras fue tildar a los partidos constitucionales, especialmente al bipartidismo compuesto por el PP y el PSOE, de organizaciones donde se practica la casta. Estos dirigentes encarnarían lo que Marx dice que son los enemigos de los comuneros: “Que se compare a estos parisienses, prestos a asaltar el cielo, con los siervos del cielo del sacro Imperio romano germánico-prusiano, con sus mascaradas antidiluvianas, que huelen a cuartel, a iglesia, a junkers y, sobre todo, a filisteísmo”, es un error/horror que pronto comenzaremos a sufrir
."Que se compare a estos parisienses, prestos a asaltar el cielo, con los siervos del cielo del sacro Imperio romano germánico-prusiano, con sus mascaradas antidiluvianas, que huelen a cuartel, a iglesia, a junkers y, sobre todo, a filisteísmo”, es un error/horror que pronto comenzaremos a sufrir"
Sin pretender ser un politólogo, en su tiempo ya escribíamos las reflexiones que nos producían la llamada de los círculos de Podemos a entrar a la casa del amo, así como las consecuencias para las luchas anticapitalistas, una vez dentro, de comer en su mesa. Ahora comprobamos los resultados: