Tales enfoques son:
Uno de los principales resultados de ese análisis es la distinción entre modelos débiles y modelos fuertes de RB. Desde la crítica marxista a la justicia burguesa, los primeros se configuran como derechos-fin orientados a la legitimación del capitalismo, en tanto que los segundos adquieren el carácter de derechos-instrumento para la transformación social anticapitalista. Al final, la RBis se presenta y defiende como un derecho del segundo tipo.
El mundo en que vivimos, por un lado, y los significados que atribuimos a la experiencia que de él tenemos, por el otro, no andan completamente por separado ni en la más mística de las mentes. Sin embargo, la realidad de ese mundo sólo puede proporcionarnos una experiencia significativa mediante el insoslayable concurso de compromisos normativos e ideológicos que de suyo son acientíficos. Karl R. Popper (1959) explicaba una parte de este asunto: la experiencia infra determina el conocimiento científico, de modo que, aunque no toda visión del mundo es compatible con la evidencia empírica, sí habría un buen número (al menos) de cosmovisiones que sí lo son. De la otra parte del asunto se hizo cargo la sociología del conocimiento científico: la clausura del paradigma –esto es, la elección de uno de entre los múltiples paradigmas científicos compatibles con la evidencia empírica– sólo tiene lugar cuando a tal evidencia se añade un conjunto suficiente de criterios extra científicos.
No pretendo aquí hacer una defensa del relativismo. En rigor, y con relación al ámbito de la ciencia social, me comprometo sólo con dos ideas –ambas apuntadas por Kerbo (2003: 81)–:
En consecuencia, según cuales sean las preguntas que nos importen, la elección del paradigma tendrá lugar sobre la base de la capacidad relativa de cada uno de ellos para dar respuesta mejor y más útil (en algún sentido relevante).
La pregunta que aquí importa es la relativa al problema de la viabilidad política de la renta básica (RB, en lo sucesivo). En lo que sigue, identificaré, en líneas gruesas, los paradigmas de la ciencia social que de hecho han competido por dar respuestas útiles al problema de la viabilidad. Pero, antes de eso, daré dos argumentos que permiten conjeturar razonablemente que, en general, cuando las personas piensan la RB a lo largo del tiempo de su vida, tienden a incrementar la consistencia lógica entre:
Cuando comencé a publicar los primeros artículos sobre la RB, allá por 1994, las críticas a la misma venían de los laboriosos y productivistas a ultranza: su idea de la vida humana era/es que el sudor de la frente es el que debe regir nuestras vidas; personas e instituciones para quienes la alienación y la explotación capitalista pasaban/pasan a un segundo plano o eran/son consideradas irrelevantes
.¿Cuáles son los cambios teóricos y prácticos que he introducido como parte de mi bagaje de reflexión? A modo de resumen, los cambios fundamentales a tener en cuenta se concentran en dos grupos de aspectos que pienso son inéditos:
Relacionados con el desarrollo teórico para convertir la RB en la “Renta básica de los iguales (RBis)”
Relacionados con el desarrollo práctico
La importancia de introducir y disponer de los modelos es que permiten simular varios escenarios y hacer varios cálculos sobre la cuantía de la RB, así como sobre de las diversas fuentes de financiación que se pueden aplicar. Dentro de nuestra investigación, destacamos los siguientes aspectos:
Utilizando este método para Catalunya, (6) ámbito de un estudio comunitario, he podido establecer y estimar un escenario con modelo fuerte, y varios escenarios con modelos débiles de RB. De haberse aplicado, hubiéramos podido estudiar puntualmente para cada uno de los colectivos que se sugieren en la descripción de la población las causas de las posibles desviaciones que hubieran podido surgir. Y, conocidas las causas, aplicar las políticas correctoras consecuentes. (7) Todo cuantificado hasta el último céntimo, con el mínimo de variables supuestas o estimadas. (8) Más tarde, a lo largo del 2003 y 2004, con un equipo formado por miembros de Baladre, (9) hemos podido aplicar esta metodología a los estudios que hicimos en las comunidades de Andalucía y Extremadura, sobre la posibilidad de sustituir la renta agraria que perciben los trabajadores agrarios eventuales y el correspondiente Acuerdo para el Empleo y la Protección Social Agraria (AEPSA), (10) por la RB en su versión de modelo fuerte o RBis. Con grupos de base del lugar, vamos a comenzar un estudio para comprobar cuáles serán las posibilidades y las limitaciones de la aplicación de la RBis en las comunidades de Castilla-La Mancha y de Canarias.
José Iglesias Fernández, Barcelona, 26 de febrero del 2006